miércoles, 22 de febrero de 2017

Retratos

¡Hola!
Hace muchísimo que no pasa nada por el blog, pero sin previo aviso, me dieron ganas de escribir y aquí estoy. Tengo ganas de contarles sobre los muñecos personalizados, de lo que significa para mí esa aventura.


Hacer un retrato es complejo, y a partir de una foto de alguien que no conoces, mucho más, y tejido a crochet, ¡es un super desafío! Pero ¡me encanta! Son días sumergida en un micromundo, donde intentás captar ese "algo" que tiene ese otro/a, ese fondo poético que todos tenemos, a veces más cerquita, a veces más guardatito en el último cajón. Por lo tanto, son días de todos los colores, de muchas emociones. De mucho juego, juego libre, improvisado, mega disfrutado, que hace que salgan cosas que no te esperabas. También son días de trabajar mis exigencias. Si, por momentos viene la nube de: tiene que quedar perfecto, le tiene que encantar, no puedo hacerlo y bla bla, que aparece en muchas situaciones de mi vida. Pero, que trabajo mucho para suavizar y disfrutar de todo lo que tengo, que es infinito. Saber que el amor es infinito, que nadie te ama por lo que hacés, si no por lo que sos.


Cuando termino un retrato y veo que me mira, ahhh me enamoro. Creerán que estoy loca, pero me pasa con todo lo que hago. No es por vanidad, es algo más complejo de poner en palabras, es que percibo que hay un alma mirándome con pureza infantil. ¿Quién me va a negar que es irresistible?


La última y mejor parte es cuando se van, a veces puedo ver las caritas de los receptores, otras no, pero me las imagino a través de las palabras amorosas que recibo, y ya está, ¿Qué más puedo pedir? Saber que esa almita ilumina algún ricón de una casa, de una persona... ¡Misión más que cumplida!



¿Alguién más, hace retratos? ¿Que sensaciones tienen? ¿Cuenten, cuenten, cuenten!
Recuerden que en Facebook e Instagram, subo muchas más fotos y novedades.
Felices soles y lunas.

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