jueves, 3 de abril de 2014

El flaco

También llamado Luis Alberto, como gusten.
Fué mi amigo desde antes de ser tejido, cuando aún estaba en mi imaginación.


Es muy distinto cuando el patrón es propio, cuando sale de adentro, del corazón.
La verdad es que no es fácil asumirse creadora, porque eso implica mostrarse y por lo tanto , aceptarse. Pero a medida que me voy animando, es infinita la satisfacción y la alegría. Tampoco es fácil porque hay tanta información y de tan fácil acceso que mirar hacia adentro, hacia uno mismo, cuesta cada vez más.
Además de que no tengo ningún titulo de diseñadora, ni dibujante, ni nada parecido.

Debo confesar, que desde mediados de 2012 que me reencontré con el crochet, fue muy sanador para mi vida interior, de mucho autoconocimiento. Aunque no lo parezca para muchos, se está presente en cada lazada y el tejido es espejo de nuestras emociones. Por eso no es lo mismo hacer el diseño ajeno, se mueven cosas más profundas cuando uno crea: hay crisis, enojos, lagunas, dolores de espalda, obstinación, perseverancia, paciencia, entusiasmo, sorpresas y por supuesto amor, que es el gran motor.




Hasta pronto!